Un albañil que trabaja a pocos metros de Punta Querandí denunció en la Fiscalía de Benavídez que dos hombres le ofrecieron dinero para realizar un atentado incendiario contra las construcciones existentes en el sitio reivindicado como sagrado por integrantes de pueblos originarios. En su presentación judicial, el trabajador, de 60 años, relató que las personas que lo contactaron ingresaron al barrio privado San Benito y aseguró que podría identificar a uno de ellos.

Desde el Movimiento en Defensa de la Pacha (MDP), responsabilizaron por esta situación al empresario Jorge O’Reilly, de EIDICO, con quien mantienen un extenso enfrentamiento de una década por la posesión del sitio delimitado por el Canal Villanueva, el Arroyo Garín y la calle Brasil, en Dique Luján. «Ante la firmeza de la nueva etapa de la lucha», en la que se inaugurará el Museo Autónomo de Gestión Indígena y concluirán otras construcciones, «quienes pretenden adueñarse de las tierras parecen dispuestos a todo», señalaron.

La denuncia fue radicada el 3 de abril en la dependencia judicial a cargo del fiscal Jorge Fitipaldi. En ella, el albañil precisó que el ofrecimiento para «quemar los ranchos» de Punta Querandí fue efectuada el 8 de marzo, a las 20.30, por dos hombres que se acercaron hasta la entrada del predio en el que estaba trabajando, aledaño a Punta Querandí, para interrogarlo sobre los motivos de su presencia. Y, en ese momento, lo tentaron para hacer el «trabajo sucio».

Según consta en la denuncia del trabajador, uno de los sujetos le dijo: «Usted fíjese cuando ellos no estén, yo le doy unos mangos y le quema los ranchos». Y ante su negativa, insistió: «Usted piénselo que la semana que viene nos damos una vuelta».

Además, el albañil señaló que el empleado de seguridad Juan Carlos Moyano, quien vive en el lote vecino a Punta Querandí y es empleado de EIDICO, también recibió un ofrecimiento similar. Y que le confesó que sabía quién había destruido el «opy» (casa de oración del pueblo guaraní).

«Los ataques violentos (físicos y verbales) fueron recurrentes en la lucha de Punta Querandí desde sus inicios hace casi una década. Sin embargo, es la primera vez que la Justicia tiene un testimonio que le permite investigar, juzgar y condenar a los responsables de actuar clandestina e ilegalmente», remarcaron desde el MDP.

Desde el colectivo formado por miembros de pueblos originarios y vecinos, entre otros, destacaron que ante la «escalada de ataques» contras las instalaciones montadas en el sitio en disputa, decidieron «volver a la vigilia permanente» y «levantar nuevas construcciones, como la Casilla de Protección Comunitaria y el Museo Autónomo de Gestión Indígena».

«De esta manera, profundizamos las propuestas de reivindicación histórica en este territorio que Jorge O’Reilly pretendía destruir para hacer un amarradero para yates del complejo de barrios privados Villa Nueva, que ocupa casi mil hectáreas», concluyeron desde el MDP.