La titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela Barnes de Carlotto, aseguró que la recuperación de su nieto «es un logro de todos los argentinos» y llamó a las demás a seguir su lucha. El joven se acercó a la asociación hace dos meses. Es hijo de Laura, quien fue secuestrada y asesinada durante la dictadura cívico – militar.
El camino por el cual Ignacio Hurban (según el nombre que le dieron sus apropiadores) alcanzó su identidad, comenzó hace dos meses cuando el joven que hoy tiene 36 años visitó la sede de Abuelas de Plaza de Mayo con todas las dudas sobre su origen a cuestas, luego de un contacto previo vía correo electrónico.
En esa comunicación, que espontáneamente envío al sitio en Internet de la entidad, Guido (como lo llamó su madre biológica al dar a luz) presentó un informe con sus interrogantes sobre su identidad que acompañó con fotos, según relataron a Télam desde Abuelas.
Desde la institución de derechos humanos le contestaron al joven con una fecha para que se acerque a la sede del barrio de San Telmo. Esta situación se concretó hace solo 60 días, cuando el muchacho que vive en la localidad de Olavarría llegó munido de su DNI y una fotocopia del mismo.
Inmediatamente, desde Abuelas pidieron la intervención de la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi), que preside Claudia Carlotto, quien es hija de Estela y tía biológica del joven.
La Conadi tomó el caso y ordenó al Banco Nacional de Datos Genéticos un análisis, que se realizó hace 14 días, dando un resultado positivo del 99,9 por ciento, lo que derivó en un oficio a la jueza federal María Romilda Servini de Cubría.
La magistrada le transmitió este mediodía a Estela la grata noticia que le permitió a la titular de Abuelas reencontrarse con su nieto, tras 37 años de incansable búsqueda.
Nacido en cautiverio, Guido es hijo de Laura Carlotto, quien fue secuestrada y asesinada durante la última dictadura. La joven era estudiante de historia de la Universidad Nacional de La Plata y pertenecía a la Juventud Universitaria Peronista (JUP), el brazo estudiantil de Montoneros.
A fines de noviembre de 1977, Laura fue secuestrada cuando estaba embarazada de unos tres meses. La joven, según testimonios de sobrevivientes, fue mantenida con vida en el centro clandestino de detención La Cacha, en La Plata, hasta dar a luz en el Hospital Militar de Buenos Aires el 26 de junio de 1978.