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De «interés municipal y «espacio de la memoria», así quieren que sea declarado el sitio Punta Querandí el Movimiento en Defensa de la Pacha y la Comisión de Familiares, Amigos y Compañeros del PST de Ana María Martínez.

Los concejales del Frente para la Victoria (FPV), Roxana López, Gustavo Piantino y Federico Ugo apoyaron el proyecto presentado por la organización formada por allegados de Martínez, cuyo cuerpo fue hallado semienterrado y con marcas de tortura, en 1982, en el predio ubicado en Dique Luján. Por su parte, ediles de Frente Renovador pidieron más tiempo para estudiar la iniciativa que ingresó al Concejo Deliberante en febrero último.

Al finalizar la reunión legislativa con los tres ediles kirchneristas y los massistas Rodrigo Molinos, Alejandro Forlong y Verónica Caamaño, la cuñada de la conocida como «la última desaparecida de la dictadura», Carmen Metrovich, aseguró: «No existe ninguna duda al respecto de que el cuerpo apareció en Punta Querandí, ya que en el mes de marzo pusimos una placa recordándola en ese lugar y partir de esa actividad se nos acercaron varios vecinos de la zona que recuerdan el momento de cuando la encontraron».

Por otro lado, Metrovich manifestó: «Me duele la concejala Caamaño cuestioné el lugar donde encontraron a Ana, siendo que también ella es hija de desaparecidos. Pero deben tener claro que por más que quieran ignorarnos nunca nos vamos a retirar de ese lugar».

Punta Querandí, un predio de menos de una hectárea situado en el Arroyo Villanueva y la calle Brasil, es custodiado desde 2009 por el Movimiento en Defensa de La Pacha, formado por mienbrso de pueblos originarios, vecinos, docentes y ambientalistas, quienes resisten que sea anexado por la empresa EIDICO a su complejo de barrios privados aledaño. El lugar es reivindicado como sagrado y reserva arqueológica.

El concejal del FPV, Federico Ugo, manifestó: «El Municipio de Tigre tiene un claro interés económico sobre esas tierras, que resultan un pulmón de espacio público completamente rodeado de barrios privados». Y agregó: «La empresa EIDICO, que está interesada en avanzar sobre Punta Querandí para expandir el complejo Villa Nueva, tiene comprobadas relaciones con Sergio Massa, por eso hoy sus concejales tienen la orden de no reconocer el espacio, ni tratar seriamente el tema».

Por su parte, el integrante de la comisión de amigos de Ana María, Pablo Merlo, expresó: «Resulta fundamental para la causa, que aún no logramos elevar a juicio, que el Municipio reconozca el lugar, pero nos encontramos con una situación de poca colaboración. Nosotros presentamos este proyecto en febrero y cuatro meses después podemos comprobar que los concejales del Frente Renovador ni siquiera lo leyeron, ya que nos hicieron preguntas sobre cuestiones que estaban clarísimas en nuestro documento».

«Además, resulta fundamental que si ellos tienen un dato diferente sobre dónde encontraron a Ana María se presenten ante el juzgado y lo aporten a la causa, pero es evidente que no lo tienen porque cuando se lo dijimos en la reunión dejaron de hacer cuestionamientos sobre ese punto», puntualizó Merlo.

Martínez fue secuestrada en la puerta de su casa, en la localidad de Villa de Mayo, el 4 de febrero de 1982, cuando salía a hacer una compra y fue sorprendida por el ataque de un hombre que la arrastró hacia adentro de un auto, según relataron los vecinos que vieron el hecho.

Aún no se conoce con precisión de qué modo el cuerpo fue trasladado hasta Dique Luján, ni si Martínez fue asesinada en ese lugar, pero una vez que fue retirada de allí la enterraron en el cementerio de Benavídez como NN femenino, sin darle ninguna participación a la familia y los abogados que desde el momento de su secuestro hicieron gestiones y denunciaron públicamente su desaparición.

Después de mucho andar, la mamá y el hermano de la joven asesinada por el aparato represor de la última dictadura consiguieron recuperar el cuerpo y enterrarlo en el cementerio de Mar del Plata, donde se encuentra actualmente.