Los mejores remeros del mundo se preparan para la máxima competencia de la disciplina, que se desarrollará en una de las pistas más hermosas del planeta. La competencia comenzará el 28 de agosto y se extenderá hasta el 4 de septiembre.
El último viernes la numerosa delegación argentina partió de Ezeiza rumbo a la ciudad eslovena de Bled, donde se llevará a cabo el Mundial. Tras más de 30 horas de vuelo, la recompensa para los deportistas fue apreciar el gran lago de aguas turquesas, rodeado de montañas y castillos medievales, donde se disputarán las pruebas. “Las aguas son muy tranquilas, casi como un espejo”, expresó la tigrense Laura Ábalo.
La pista, con amplios carriles, está señalizada cada 250 metros, con una gran tribuna en los últimos 300 metros del recorrido. A lo largo de la costa se pueden ver varios balnearios, donde los eslovenos disfrutan de las aguas frías del espejo.
«Esa costumbre decidimos copiarla los remeros después de cada entrenamiento, para poder bajar las temperaturas de nuestros cuerpos tras remar con 34 grados de calor. El agua fría además de refrescar, tiene un importante efecto en los músculos, logrando que se relajen y así evitar lesiones”, afirmó Ábalo.
La selección argentina, compuesta por 20 competidores, no era tan numerosa desde hace muchísimos años. Este torneo tiene la particularidad de que los botes olímpicos pueden lograr sus plazas para Londres 2012. Según la categoría, se entregan entre ocho y 11 lugares.
El dos largos femenino de Ábalo y Gabriela Best debe clasificar entre las primeros ocho para lograr su pase directo a los Juegos Olímpicos. En tanto, el dos sin de Diego López y Sebastián Claus, al igual que el doble de Ariel Suárez y Cristián Rosso, deben quedar entre los 11 primeros para clasificar.