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Territorio Querandí, un grupo de periodistas, documentalistas y videastas indígenas se proponen, por tercer año consecutivo, el desafío de instalar un festival de cine para establecer una perspectiva y mirada propia, reflexiva y en construcción sobre las existencias y los problemas de los originarios.

Con el deliberado intento de visibilizar a los habitantes cuyos antepasados ocupaban el actual territorio americano -habrá obras de varios pueblos del continente- el lenguaje cinematográfico aparece como una nueva herramienta que los indios, indígenas, nativos americanos u originarios incorporan a sus luchas.

Desde hoy, a las 19, en la apertura en el Cine Gaumont -Rivadavia 1635- y hasta el 4 de diciembre, el BAIN presentará producciones de originarios y también mesas de debate sobre arte, comunicación, política y de intercambio con los realizadores.

Cuatro integrantes de Territorio Querandí, Lali Zalazar, Jakeline Mariaca, Ivon Bacarreza y Guillermo Mamani explicaron a Télam los objetivos de una propuesta que en el 2011 arrancó como muestra pero que enseguida se volvió festival con premio y todo.

En realidad se trata de un reconocimiento a dos figuras de la lucha indígena que reciben el premio «Territorio Querandí», una obra plástica que se entrega a un hombre y a una mujer «siempre respetando la dualidad» (principio de igualdad hombre – mujer), apuntó Mariaca durante la entrevista.

Por su parte Zalazar señaló que la muestra organizada en el 2010 era «no competitiva» pero al transformarse en festival «se entregan premios a hermanos que llevan muchos años de lucha por la visibilización de los indígenas acá en la ciudad». Los realizadores en tanto serán consagrados por el voto del público.

«Insurgentes», la premiada película del boliviano Jorge San Jinés que reconstruye la historia de las luchas de los indios hasta que uno de ellos, Evo Morales, alcanza la presidencia del país abrirá este año el BAIN.

Respecto del festival en sí y las implicancias hacia adentro de las comunidades originarias ante la posibilidad de erigirse en directores de sus realidades, Guillermo Mamani destacó que se trata de una actividad «novedosa» con la que buscan «una mirada propia».

«Podemos decir que es novedosa si lo pensamos como indigenas que vivimos en Buenos Aires. Este era un lugar que no estaba transitado, la imagen, lo audiovisual no tenía su espacio. No sólo el espacio para la proyección sino el espacio para la reflexión», dijo Mamani.

De todos modos, el organizador remarcó que el festival recibirá trabajos de varios países, tras hacer hincapié en que uno de los principales objetivos es «colaborar en la construcción de una automirada», la que no descarta ni prescinde del trabajo de cineastas no indígenas.

«Necesitamos todo el material que circula. Es muy importante la mirada de producciones que por ahí no son de indigenas pero eso aporta porque nos interpela y nosotros tratamos de ver desde que punto nos ubicamos ante la sociedad en general», agregó Mamani.

Precisamente en las mesas de debate, el público en general tendrá oportunidad de hablar sobre aspectos de los trabajos cinematográficos pero también de conversar con los realizadores.

Mariaca, una joven aymara que se incorporó el año pasado a la experiencia del BAIN, aseguró: «Los pueblos están pasándola muy mal: quita de tierras, contaminación, trasnacionales que usurpan tierras y masacran familias enteras. Colaboro para que la gente se dé cuenta que hay comunidades indigenas de las que tenemos mucho que aprender».

Claramente montar un festival de cine indígena en Buenos Aires es un desafío con mucha audacia y fe porque a la hora de comparar, el quechua Mamani -recibido en Comunicación en la Universidad de Buenos Aires- expresó en comparación con la experiencia en Bolivia: «Recién estamos empezando».

«Nos damos cuenta que son pocas las producciones de hermanos que pueden llegar al festival. En definitiva, eso es lo que tratamos de impulsar. Fuera de Argentina hay otro recorrido. En Bolivia por ejemplo tienen una muy importante producción audiovisual pero llevan años en cuanto a organización y proceso. No por nada tienen un proceso de recuperación de identidad muy fuerte», concluyó Mamani.

El BAIN tiene el apoyo del INCAA, la Facultad de Periodismo de la Universidad Nacional de La Plata, el INADI, el INAI, la Embajada del Estado Plurinacional de Bolivia en Argentina, el Equipo Pueblos Originarios del Servicio de Paz y Justicia (SERPAJ), la Asociación Comunitaria Indígena de Comunicación (ACIC) y la Comisión Nacional de la Mujer Indígena (CONAMI), entre otros organismos.

Informes:
http://festivaldecineindigenabain.wordpress.com/