Es un instrumento fundamental para conocer la clasificación, diversidad y estado de estos ecosistemas.
¿Qué es un inventario de humedales? ¿Por qué necesitamos uno? ¿Qué puede aportar a la sociedad? Estos son algunos de los interrogantes que comenzaron a plantearse investigadores y activistas argentinos a fines de la década del 80 sobre una herramienta que, ya en 2023, continúa en proceso de realizarse.
Del grupo pionero que comenzó a trabajar en este tema formaba parte Patricia Kandus, actualmente investigadora en el CONICET y de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), quien, en diálogo con la Agencia CTyS – UNLaM, aseguró que «el Inventario Nacional de Humedales (INH) es un instrumento para la gestión sustentable de los humedales y para el ordenamiento ambiental del territorio».
«Hay que pensar que los humedales están en el territorio, junto con la gente, que son quienes están vinculados y viven en los alrededores. Es lo que nos lleva a pensar que un inventario tiene que estar al servicio de la población, para que se conozca la biodiversidad con la que contamos y qué posibilidades de desarrollo existen en estas zonas», agregó la especialista.
En Argentina, se estima que los humedales ocupan al menos el 21 por ciento del territorio nacional.
La particularidad de estos ecosistemas es que se definen desde su función y no desde su estructura. Es decir, los humedales pueden ser bosques, praderas de plantas herbáceas, lagunas de aguas abiertas, entre otros.
«Lo que los clasifica es cómo funcionan y esto depende mucho de qué es lo que hay alrededor, si son ciudades, edificaciones, más vegetación, por ejemplo», explicó la doctora en Ciencias Biológicas.
Según Kandus, el inventario, además, contribuye a la conservación de estos ecosistemas, permite realizar un mejor uso de los mismos, pero también permite tener una medida de riesgo en los territorios. «Quizás se inundan cada dos años o no se inundan por diez, entonces en base a estos datos, se pueden gestionar el riesgo de las acciones sobre las actividades humanas», aclaró.
En este sentido, la experta resaltó que es importante hablar de «ordenamiento territorial», ya que los humedales son solo una parte del territorio. «Los bosques, los campos agrícolas, las ciudades, son otros componentes. El objetivo es que el inventario de humedales indique cuántas variantes existen, dónde están distribuidos y qué podemos hacer con ellos», mencionó.
«Para nosotros, el inventario es una forma de democratizar la información. Desde el Grupo de Investigaciones del Laboratorio de Ecología, Teledetección y Eco-Informática (UNSAM), tenemos como objetivo avanzar en carácter de capacitación de los equipos que trabajan en tema de inventarios de humedales de todo el país», continuó la investigadora.
«Este 2023, vamos a colaborar con el Ministerio de Ambiente en diversos talleres a nivel federal. Queremos que el proceso sea construido de forma conjunta y abordado interdisciplinariamente, ese es nuestro compromiso. La sociedad merece saber qué tenemos, para poder decidir con información cierta y no sesgada», concluyó Kandus.