En un hecho insólito, una persona fue perseguida y atrapada por haber robado su propio auto. Es que el vehículo había sido secuestrado por falta de documentación, pero su propietario decidió llevarselo de la puerta de la comisaría.
A primera hora de la mañana, en un control de rutina, personal de un móvil municipal de seguridad secuestró un auto, ya que su conductor no tenía registro ni seguro. El rodado fue trasladado al destacamento policial de Troncos, donde quedó incautado.
El conductor se retiró con un acta de infracción para presentar en el Juzgado de Faltas correspondiente. Antes, retiró sus pertenencias y cerró el auto.
Al rato, personal policial detectó que el vehículo que había sido estacionado en la puerta había desaparecido, por lo que alertaron por radio del supuesto robo.
Inmediatamente, desde el Centro de Operaciones Tigre (COT), un operador divisó por las cámaras municipales al auto sustraido y notificó a sus móviles, que iniciaron su persecusión por las calles de Tigre.
Luego circular casi 30 cuadras a gran velocidad -haciendo caso omiso a las balizas y las sirenas-, el conductor fue atrapado en la intersección Carlos Casares y Tuyutí, en de Rincón de Milberg.
Allí se comprobó que el supuesto ladrón, en realidad, era el dueño del auto. Se trata de un joven de 21 años al que se le había secuestrado el vehículo horas antes y no tuvo mejor idea que llevarselo de la puerta del destacamento.
El sujeto quedó imputado por el delito de «atentado y resistencia a la autoridad». Y, además, como puede verse en la imágenes registradas por el COT, se ligó una fuerte reprimenda de su madre.