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Familiares y vecinos de Alberto «Betito» Velázquez, quien falleció la semana pasada, marcharon ayer hasta el centro de salud municipal de Benavídez para reclamar justicia. Según denunciaron, la muerte del joven se desencadenó por la deficiente atención que recibió en ese establecimiento y acusaron de mala praxis al médico Maximiliano Arramberri.

Según el relato de sus allegados, «Betito» concurrió al centro de salud en tres ocasiones por una molestia causada por un forúnculo que tenía en la mano. La segunda vez, Aramberri le proporcionó una inyección. Esa noche, el muchacho tuvo mucha fiebre, se brotó y perdió la movilidad en sus piernas.

Luego, el joven fue trasladado al hospital de General Pacheco, donde fue internado. Y si bien al principio se mantuvo estable, después fue llevado a la sala de terapia intensiva en coma farmacológico. Finalmente, falleció el viernes 7.

«A mi hermano lo llevamos con mi papá a la salita. Lo atendió el médico Maximiliano Aramberri, con poca gana, le dio para que tome una medicación. La segunda vez que fuimos le puso una inyección, esa misma noche se brotó y ya no pudo caminar», relató Joana Velázquez.

«Volvimos al centro de salud, donde el mismo médico le puso suero y antes de que se termine lo mando a casa. El lunes 3 de febrero lo derivaron al hospital de Pacheco, donde quedó internado», agregó la hermana de la víctima. Y concluyó: «A mi hermano lo llevamos por un forúnculo en la mano y me lo entregaron en un cajón».

La marcha se extendió desde la plaza hasta el centro de salud de Benavídez, que estaba custodiado por efectivos policiales. Luego, los manifestantes se trasladaron hasta el cruce de las rutas 9 y 27, donde cortaron el tránsito.