El hecho se produjo en Tigre Centro, frente a la Parroquia Inmaculada Concepción, sobre la Avenida Liniers: un camión fuera de control se subió a la vereda y destrozó los bolardos que se utilizan como protección de los peatones. Por suerte, en ese momento nadie circulaba por el lugar.

El chofer ni se bajó de vehículo de gran porte. Quien sí lo hizo fue la mujer que lo acompañaba, pero con el objetivo de guiarlo para que lo baje de la vereda y huir. Lo que el camionero no tuvo en cuenta es que toda la situación había sido registrada por las cámaras monitoreadas desde el Centro de Operaciones Tigre (COT). De inmediato, un operador alertó a patrulleros policiales y móviles municipales de seguridad, para organizar el operativo cerrojo.

El camionero siguió su marcha hacia la rotonda de entrada al Acceso Norte Ramal Tigre, que se encuentra a pocas cuadras del lugar del choque. Y a pocos metros de subir al mismo, fue interceptado por un patrullero, que lo estaba esperando arriba de la autopista.

Cuando los efectivos identificaron al conductor detectaron que se encontraba perturbado y que emanaba un fuerte olor a alcohol, por lo que le comunicaron que iban a someterlo a un control de alcoholemia. Pero el camionero contestó con evasivas y se negó a realizar el test.

Cuando le notificaron al conductor que le iban a secuestrar su camión, el sujeto golpeó en el rostro a un inspector de tránsito, lo que motivo que los efectivos policiales lo redujeran para ponerlo a disposición de la Justicia.

El camionero, de 52 años, fue trasladado a la Comisaría Primera de Tigre. Por su actitud, afronta cargos por los delitos de «atentado y resistencia a la autoridad, lesiones y daños» y está a disposición del fiscal local Mariano Magaz.